La Marina Alta cumplirá un año en estado de emergencia por sequía y con las reservas hídricas al mínimo

Aquellos tiempos en los que se consideraba a la Marina Alta como una de las latitudes con mayor riqueza hídrica del territorio valenciano parecen haber quedado atrás, muy atrás. La comarca acaba de cumplir diez meses, desde mayo de 2014, instalada en el nivel rojo de emergencia por sequía según los últimos datos aportados por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), del pasado mes de marzo. Además es seguro que llegará al año en esta situación, que podría agravar las restricciones de agua potable que ya sufren algunos de sus municipios.

Según ese estudio de la CHJ, de los nueve sistemas de explotación que existen en el ámbito del Júcar, además de la Marina Alta sólo el Vinalopó-Alacantí lleva desde tanto tiempo tan mal. Y desde diciembre también el área del Serpis se encuentra en emergencia. Los demás sistemas, a pesar de la sequía generalizada, se libran por ahora de tan preocupante coyuntura, si bien el de la Marina Baixa y el de Palancia-Los Valles se encuentran en alerta, esto es nivel naranja, una situación inquietante aunque menos que la de la Marina Alta.

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Para alcanzar sus conclusiones, el informe se basa en el «índice de estado», un baremo que mide mensualmente las reservas hídricas de cada sistema de 0,0 (mínimo histórico) a 1 (máximo). La emergencia se sitúa entre ese 0,0 y el 0,15, la alerta hasta el 0,30 y la prealerta hasta el 0,5. Sólo por encima de este último dato se considera nivel verde, esto es, una coyuntura de normalidad.

Esos guarismos ayudan a comprender lo dramática que es la situación de los acuíferos y pozos de la Marina Alta, una geografía que por si fuera poco carece de embalses: entre mayo y agosto de 2014, el índice de la comarca fue, simple y llanamente, de 0,0. Así de duro. Y de claro. Después, la cuestión ha ido mejorando algo aunque muy poco: entre septiembre del año pasado y febrero de éste, el índice se fue situando entre 0,02 y 0,09. Sólo en marzo, y después de que en los últimos tiempos algo haya llovido, el índice ascendió hasta 0,17, por primera vez fuera de los números de la emergencia. Pero no es suficiente. A pesar de ese 0,17, la Marina Alta sigue estando en nivel rojo porque para escapar de él sus reservas hídricas han de situarse como mínimo seis meses entre 0,30 y 0,15. Y eso es porque aunque ahora esté lloviendo algo más, antes lo hizo tan poco que los acuíferos están agotados.

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De ahí que ya sea seguro que la comarca cumplirá ese año en estado de emergencia. Y por si fuera poco se aproxima otro verano. Esto es, otra época escasa en precipitaciones.

Municipios afectados

Según el Plan Especial de Alerta y Eventual Sequía (PES) de la propia CHJ, hallarse en estado de emergencia significa que la comarca se puede enfrentar a restricciones tanto en lo que se refiere al riego agrícola como al abastecimiento urbano. De hecho, ya ha hay problemas de suministro en la Vall de Gallinera, Murla o Xaló, que se ha quedado sin agua potable y con la red salinizada. También está afectada por el mismo motivo en Llíber. En la costa, Benissa ha habilitado para sus presupuestos de este año 200.000 euros para comprar agua debido a que sus caudales están agotados; y el alcalde de Teulada ha admitido para que este periodo estival no está garantizado el suministro. Estas dos últimas localidades negocian aumentar la compra de caudales a la desaladora de Xàbia, la gran esperanza blanca en la materia.

A nivel político se habla muy poco de todo esto. Máxime, en plena precamapaña electoral y máxime a las puertas de otra campaña turística. Cierto es que el Consorcio de Aguas de la Marina Alta está programando algunas obras de emergencia. Pero hay dificultades en este sentido, provocadas sobre todo por la decisión del Ayuntamiento de Dénia, localidad más poblada de la comarca y capital de la misma, de salirse de ese consorcio, lo que ha provocado un pulso entre el gobierno local, del PP, y la Diputación, también del PP.

Eso sí, no se trata sólo de un rifirrafe político. Tiene notables efectos prácticos. Por ejemplo, ahora el pleno de Dénia debe aprobar una partida de 210.000 euros de los fondos del Consorcios para ejecutar los trabajos que deben devolver el agua potable a Xaló.