Cómo aplicar la transición energética en los municipios y en la agricultura

En el foro Binomio Agua-Energía organizado por Amajasa y Alicante Plaza, celebrado este viernes en el Parador Nacional de Xàbia,hubo espacio también para el debate. Tras las ponencias y la exposición del caso de Amjasa, se abordaron cuestiones como la transición energética en los municipios, y la colaboración entre ayuntamientos y empresas, para el ahorro de costes, y como trasladar esos ahorros y mejoras en el caso dela agricultura.

En el caso de la agricultura, el secretario autonómico de Agricultura, Roger Llanes, hizo un repaso por de la situación del suministro y consumo de agua en las comunidades de regantes “son el mayor demandante de energía del estado Español, solo superado por el Adif (Administrador de Infraescturas Ferroviarias). Llanes reconoció que en la agricultura “las tensiones del mercado eléctrico que se ven ahora se sufren desde 2008”, ya que en este sector la traslación de los precios se “ha producido de forma muy rápida”.

El sector partía -continuó el secretario autonómico- de riegos
tradicionales por gravedad “con muy poco uso de energía” a riegos
modernizados y presurizados “con mucho uso de energía”. El ahorro del agua en la agricultura, explicó Llanes, ha permitido “una seguridad hídrica del conjunto del sistema mayor de la que teníamos”.


En este sentido, indicó que desde el Consell están impulsando “de manera brutal” la utilización de energías renovables, fundamentalmente la instalación de placas fotovoltaicas, y concretó que han invertido más de 130 millones de euros. Y han ejecutado 11 proyectos con comunidades de regantes con paneles solares “montados sobre las láminas de agua de los propios embalses” para fomentar el paso a lo que denominó el “fotoconsumo”.  Ahora trabajan en resolver “la factura del agua por un lado el precio del metro cúbico y por otra parte en reducir la factura eléctrica”.

Pero también explicó desde el “punto de vista de la administración en
general” a que “hay solicitudes de nuevas instalaciones fotovoltaicas muy superiores a nuestras necesidades”. “Muy superiores”, insistió. Por ello, apostó porque el “marco normativo sea el más adecuado” y que haya capacidad de absorción de esa nueva energía generada por las nuevas instalaciones.

Sobre la transición energética en los municipios, Francisco Azahara de la consultora reconoció que hay “un especial interés” en las administraciones y en la ciudadanía en general para el desarrollo de productos relacionados con las energías fotovoltaicas por ejemplo, “que los ciudadanos aprovechen las cubiertas de sus fincas para poner placas, y apostó por fomentar las comunidades energéticas locales que “permiten sumar esfuerzos” entre las administraciones, las empresas y los ciudadanos. “Hay pocos municipios en la Comunitat, pero va cogiendo ritmo”. El gerente de Aeopas, por su parte, pidió que el país “crea en la contratación pública” y que los trámites “sean mucho más flexibles que los actuales”, lo que a su juicio “posibilitará un cambio sustancial de realidades”.

Pero el catedrático Emérito de la UPV, Emilio Cabrera, puso en el debate la pica en flandes al señalar que “la mayor parte de las decisiones de industrias, políticos se hacen mirando al corto plazo” y apostó por primero «optimizar la potencia al máximo de las instalaciones electricas”, ya que “no tiene sentido dotar de energías renovables una planta que tenga una potencia de 500 kilovatios, si antes no se ha hecho lo posible o imposible para rebajar el gasto al máximo”. En esta línea instó a “educar a la sociedad” porque en general “cambiamos a los sostenible cuando tenemos un incentivo -una subvención-, pero el cambio solo será potente y verdadero cuando haya una educación ambiental y pensemos en nuestros nietos”. El catedrático subrayó “lo fundamental en la sostenibilidad es la educación”.

Por su parte, Jaime Lora, Catedrático de Ingeniería Química de la UPV,
comentó que otra de las cuestiones en la sostenibilidad, la energía y el
agua es “si tenemos un plan maduro” o si “cada uno monta en su casa su panel solar y su depuradora”. Si eso pasa “y cada parcela tiene su plan al cabo de mucho de tiempo” puede pasar como en el Mar Menor, “una catástrofe natural resultado de la proliferación de numerosas plantas individuales”. En esta línea apostó por un cambio de modelo. “Veo muchas intenciones buenas, hay financiación encima de la mesa”, pero a su juicio “falta percepción y sobretodo unos planes que miren al futuro y no a lo inmediato”.



Luis Basiero de Facsa coincidió en que hace falta inversión pero subrayó
que se ha dejado de lado la renovación de las redes primarias, y también se refirió a que debe haber “una mayor homogeneidad y seguridad legislativa”, así como que las contrataciones públicas se agilicen. Y reconoció que ellos si han detectado “un cambio en las nuevas generaciones”.

La negatividad que dejó el debate fue templada por Cabrera al subrayar que se trata “de un problema mundial, con alguna excepción como Dinamarca” que por cada metro cúbico de agua que sale del pozo se paga un impuesto de 1 euro. “Allí lo tienen asumido, no hay fugas y la gente tiene conciencia ambiental”. Pero este ejempló no sirvió al secretario autonómico, quien recordó los problemas de contaminación por nitratos que tiene el agua en el país del norte de Europa. Y apostilló, “aquí lo que se nos olvida es que las soluciones vienen con los problemas” algo que debería ser al revés.


Amjasa como modelo

En otra parte de la mesa redonda José Luis Henarejos destacó que Amjasa “quiere ser el modelo” para otras empresas públicas del agua, para otras ciudades y para llegar a ese punto “hemos ido a buscar a los mejores profesionales”. Aseguró que la empresa pública de Xàbia “es la única de cierta entidad en un desierto” y afirmó que se sienten “cómodos” porque tienen “una ciudad detrás que nos lo permite y los vecinos son conscientes que tienen una empresa pública de aguas”.

Desde Aeopas, Babiano continuó con ese argumento “es un modelo a seguir”, ya que -según destacó- fueron pioneros “en hacer una desaladora y demostraron que la peor agua es la que no se tienen, no era un problema de precios, sino de garantías”. En Xàbia el turismo “sabe que si o si va a tener garantizado el suministro del agua independientemente de las situaciones de sequía”. Siguió con la argumentación “es muy difícil de conseguir lo que se ha conseguido en Xàbia, y eso se consigue manteniendo profesionales y un compromiso político”, y en foros como el organizado por AP “rendimos
cuentas ante expertos”.

Babiano además apostó porque Amjasa suba un nivel y sea un ente
supramunicipal, que permita intervenir en zonas y ciudades que no tengan capacidad inversora, aunque reconoció que para eso “hay que tener una situación de planificación y un consenso que ahora no existe”.

Consorciar los recursos en la Marina Alta 

Consenso que en la Marina Alta en materia de aguas no ha existido y cada municipio se ha resuelto sus problemas por su cuenta. De hecho, estos días, los vecinos de Xaló no pueden abrir el grifo por un problema en uno de los pozos, el agua no es potable.

Consenso que Henarejos quiso poner sobre la mesa, “nosotros tenemos un recurso que sería compartido, pero esto tiene un coste” y recordó que Xàbia afrontó la construcción de la planta desaladora a finales de los 90
principios del 2000 (fue inaugurada en 2001) “sin recibir ninguna
subvención, lo ha pagado y paga el pueblo” (Cuando un abonado da de alta un contador debe abonar una cuota de 2.500 euros para la financiación de la desaladora). Nosotros, continuó el gerente, “hemos brindado este recurso para que tenga una perspectiva comarcal”, pero él mismo se respondió “el tema del agua no es técnico, es político”.


En el debate intervino un representante de los regantes de Callosa d’en Sarrià, que puso otro punto de vista sobre el agua, quien pidió “mayor empatía” de la administración hacia ellos que “nos han enseñado siempre a cuidar el agua”. Este regante se lamentó que por mucho agua que ellos han ahorrado “el único agua es para el turismo que está asfixiando a los que cuidamos el agua”. Este representante de la agricultura pidió que la administración les forme en “ahorrar agua ahora» porque “sabíamos ahorrar a la antigua”, pero ahora “no sabemos ahorrar”.
Por su parte, Héctor Garrido asesor energético de comunidades de regantes, explicó que los antiguos riegos a manta “el coste era solo laboral” y se pagaba la tarifa específica al campo pero actualmente los agricultores “no
tienen recompensa por el ahorro” ya que entre otros se enfrentan a seis tipos de tarifas diferentes.